Si alguno se pregunta el porque del titulo de esta entrada, les platico la anécdota. Hasta hace poco mi hijo mayor, que entonces tenía 3 años, no conocía el betabel (o remolacha por aquello de la madre patria) y un día andando de compras se lo mostré. Me acuerdo que se le quedó mirando muy intrigado y me preguntó - papá ¿qué es esto? - la verdad no pude aguantar la oportunidad para jugarle una broma. Me puse muy serio y en un tono de voz casi conspiratorio le dije, - esto, por si no lo sabías, es el corazón de una princesa, se los quitan y luego los traen a las tiendas para venderlos - de inmediato, mi hijo abrió los ojos y la boca y comenzó a decir que no era cierto, se le aguaron los ojos y fue corriendo a decirle a su mamá... en fin, para no alargar la historia y entrar en materia, la anécdota termina con mi hijo enojado conmigo, yo acabé "amonestado" y ni siquiera pude decirle que en verdad se trataba de un verdura, presiento que no lo va a probar en mucho, muchos años.
Después de esta introducción, vamos a hablar de la siguiente preparación. En esta ocasión preparé una sopa de origen ruso conocida como Borscht. El primer problema que se presentó fue elegir el tipo de borscht a preparar y es que existen variaciones de acuerdo a la región de donde proviene o por los ingredientes que se añaden.
La solución que encontré fue elegir aquellos ingredientes comunes en todas las recetas que revisé respetando el tema central de la sopa. Así entonces, comencé por comprar un betabel de tamaño mediando (si eligen uno del tamaño de su puño, está perfecto) lo lavé y lo pelé. También hice todo lo anterior con una zanahoria.
Posteriormente, lavé jitomate y apio , pelé una cebolla y junto con lo que había preparado con anterioridad, fui rallando cada uno de los ingredientes, en el caso del jitomate lo partí toscamente de manera que quedaran pedazos grandes. Una vez hecho esto, en una olla coloqué mantequilla y la mezcla de vegetales (a excepción del jitomate) a fuego medio hasta que estuvieran suaves. Acto seguido, añadí el jitamote, un diente de ajo aplastado y caldo de carne. El fuego lo bajé al mínimo, salpimente, agregué un infusor con laurel y clavo y lo dejé cocinando aprox. 30 minutos.
Cuando casi ha transcurrido todo el tiempo de cocción, se agrega jugo de limón a la sopa, se ajusta el sazón y se retira del fuego. En este punto ya podría servirse, sin embargo, yo la la puse en la licuadora, la molí hasta que tuviera una consistencia de puré y la serví. Para la presentación final, se coloca en el centro de la sopa una cucharada de crema ácida (en este caso yo tenía de rancho y quedó muy bien) y se espolvorea con perejil picado.
A las personas que les di a probar la sopa les gustó mucho y a mi también, el sabor de la mezcla de vegetales armoniza muy bien con la acidez del limón y otro punto a resaltar es el contraste que forma con la crema ácida. Esta sopa es ideal para los climas fríos ya que se toma bien caliente y tiene un buen contenido de vitamina C.
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