viernes, 24 de febrero de 2012

Falsas colmenillas

Este desayuno se me ocurrió cuando estaba desarrollando opciones de comida para un taller de cocina dietética/ligera. Es sumamente sencillo de hacer y le da un twist al huevo cocido (tampoco es que el huevo cocido sea un platillo muy versátil) 

Empezamos por preparar el chile ancho en el que se cocerá más delante el huevo, para ello, lo dejaremos a que se hidrate en agua caliente, el objetivo es que se limpie y ablande para poder manipularlo. En cuanto este suave, quitaremos el tallo, lavaremos la parte interior bajo el chorro de agua para eliminar las semillas y retiraremos las venas. En cuanto esté limpio lo colocaremos en un cuadro de papel de aluminio lo suficientemente grande para cubrirlo.


El siguiente paso que vamos a hacer, es cascar el huevo y depositarlo en un recipiente. Yo opté por romper la parte superior del cascarón (es importante que la yema quede intacta) del huevo y lo deposité en un recipiente. Regresando al chile ancho, lo que haremos es cogerlo junto con el papel aluminio formando una especie de cono de helado con el papel aluminio, colocando al interior de éste el chile. Cuando coloquemos el huevo, lo debemos hacer con mucho cuidado para evitar derramamientos de clara y/o yema.



Una vez que esté relleno el chile, usaremos el papel aluminio para formar un envoltorio procurando que quede un cabo largo para poderlo manipular. Listo el envoltorio, lo colocaremos en agua que previamente hemos puesto a hervir y seguiremos las mismas reglas como si se tratara de preparar un huevo cocido normal. Es decir, contaremos 10 minutos a partir de que lo colocamos en el agua y pasado este tiempo, lo pondremos bajo el chorro de agua a fría a fin de evitar que se le forme la típica cubierta gris. En cuanto esté frío, lo desenvolvemos y lo pondremos en una tabla.



Para el montaje, partimos el chile relleno por la mitad y limpiaremos el huevo que haya quedado adherido al exterior de este. Tostaremos un pan integral, cortamos y colocamos una rebana de queso fresco o panela y colocamos encima las morillas. Les damos a cada una de las mitades una pincelada con aceite de oliva, ponemos un poco de sal y listo.





Algo que me gustó mucho de este plato fue la textura del chile ancho al final, de hecho el nombre se me ocurrió hasta el momento en el que lo ví montado en el plato y de inmediato de acordé de los hongos colmenillas. En cuanto al sabor, es muy bueno el contraste entre el ahumado del chile y la suavidad de la clara y la yema. El aceite de oliva y la sal sirven para unir ambos sabores y resaltarlos. Además, es un plato de sólo ¡315 kcal.! es distinto a lo que uno podría estar acostumbrado en una dieta y bastante divertido de hacerlo.



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