jueves, 4 de octubre de 2012

La princesa y el beignet

Aquellos que vieron la película de "La princesa y el Sapo" recordarán que en algún punto de la trama, la protagonista, que es empleada en una especie de cafetería (o dinner como se le conoce actualmente en Estados Unidos) prepara un postre o una especie de fritura endulzada con azúcar glass, al cual llaman beignet. 

Y no es de sorprender el nombre de este postre, si consideramos la historia de Nueva Orleans y su historia ligada a Francia. El origen de los beignets difiere entre distintos historiadores, algunos dicen que fueron los acadios (colonos franceses provenientes de Canadá) los que los introdujeron a Louisiana. Otros, que fueron unas monjas Ursulinas las que los trajeron en 1727. 

Independientemente del origen etimológico, geográfico o gastrónomico de esta fritura. Es una delicia probarlos recién hechos y todavía calientitos. La receta básica dice que llevan una cobertura de azúcar glass, pero para aquellos que somos doctos en la glotonería no queda ahí, pueden rellenarse con alguna jalea, o mezclar el azúcar con una pizca de canela, etc., etc., etc.

Para prepararlos empecé por poner agua tibia, azúcar y levadura en un tazón y los dejé reposar 10 minutos (mezcla 1), en lo que transcurría este tiempo, en otro recipiente mezclé leche evaporada, sal y un huevo batido (mezcla 2). Acabados los 10 minutos; añadí la mezcla 2 a la mezcla 1 y batí hasta que estuvieran perfectamente combinados todos los ingredientes.

Ingredientes: Harina, levadura en polvo, manteca vegetal, leche evaporada, agua, huevo, azúcar, sal y azúcar glass (para espolvorear)


Al batido anterior añadí la mitad de la harina y volví a mezclar hasta que ya no hubiera grumos, en este momento agregué la manteca vegetal y la harina restante, mezclé bien y dejé reposar la mezcla hasta que leudara (o levantara para no sonar tan mam...)




Cuando vi que ya había aumentado su volumen la masa, la puse en la mesa y la amasé hasta que obtuve un grosor de aproximadamente 6 mm. En este momento, comencé a cortar la masa en cuadros de 3 x 3 cms. y puse a calentar aceite vegetal. Cuando el aceite estuvo lo suficientemente caliente (para probarlo, coger un bolita pequeña de masa y ponerla en el aceite, si comienza a burbujear está listo) comencé a añadir los cuadritos de masa.



Los retiré del aceite una vez que tuvieron un coloración dorada, sobretodo para evitar que se quemaran. Los dejé escurriendo sobre papel absorbente y llené una bolsa de plástico con azúcar glass. Tomé los beignets, los metí a la bolsa (procurar que no quede muy llena) y la agité para que quedarán bien cubiertos.



Los cánones dicen que los beignets deber servirse de tres en tres y acompañarse con un espresso o con café con leche (la verdad no me quejo) y es que el beignet al ser de una textura esponjosa tan delicada y de sabor dulce sólo podría complementarse con el aroma y sabor tostado del café. 




Debo decir que de esta receta tiene un rendimiento de 40 piezas aprox. son totalmente adictivos y como dije al principio, porque limitarse al azúcar glass, si pueden rellenarse o acompañarse con un buen café lousiano (que en vez de whisky, tiene bourbon)